Hoy, es uno de esos días en los que te levantas y piensas: “¿Qué está pasando?”. En los que no te apetece nada. En los que te das cuenta de todas esas veces que hiciste algo mal y no te disculpaste. En los que no apreciaste lo que tenías. En los que no apreciaste tu vida.
Hoy, echo de menos todo aquello que formaba parte de mí. Echo de menos a mis amigos. Echo de menos el frío y la lluvia. Echo de menos ser feliz. Echo de menos ser el alma gemela de alguien. Echo de menos sentirme querida. Echo de menos a la única persona a la que he llegado a querer de verdad, la persona que me ha calado hondo, mi razón de seguir, esa persona que ahora se encuentra a muchos kilómetros de aquí. Echo de menos a aquel que me abrazaba en los malos momentos, el que me secaba las lágrimas. Echo de menos saber que tenía a alguien detrás mía, para ayudarme a seguir adelante. Echo de menos ser inocente. Echo de menos tener a alguien a quien contarle mis problemas.
Y es que no sé seguir adelante sin todo aquello que antes formaba parte de mí. Todo aquello que me completaba y me hacía feliz.
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