Ven aquí. A mi lado. Y abrázame, que yo jamás te soltaré. Bésame y te prometo que nunca lo olvidaré. Mírame a lo ojos con esa carita de buena que pones y te juro que en lo que me queda de vida la recordaré con anhelo. Pásame la mano por la cara. Suavemente. Y será para mí como si un ángel me hubiera tocado. Ámame y te garantizo que nadie te amará como yo. Dedícame una de esas frases alentadoras que tanto me animan y haré de esa frase, mi lema. Déjame ser la persona que cada día te despierte con un “te quiero” y nunca me cansaré de repetírtelo. Regálame una de tus preciosas sonrisas y yo la guardaré como oro en paño .Despídete de mi como antes solías hacer.Cariñosamente. Y volaré tan alto como pueden hacerlo los pájaros. Pídeme todo lo que quieras, que yo haré lo imposible por conseguirlo. Dame la oportunidad de ser feliz junto a ti y te haré la persona más afortunada del planeta. Y, por último, yo solo te pido una sola cosa: no me olvides, que yo nunca lo haré. Jamás.
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