Llueve. No demasiado. Lo suficiente
como para que se pueda oír el suave murmullo de la lluvia cayendo
sobre los tejados.
En mi habitación se oye levemente
algún tema de The Beach Boys. Me recordaban tanto a ti...
Transmitían esa energía que anima a toda alma existente. Justo como
tú.
Un solo de guitarra acompañado de la
batería. Una oleada de recuerdos. Buenos y malos. Nostalgia.
Tristeza. Más recuerdos. Ahora eran más alegres y esperanzadores.
Buenos recuerdos que me dibujaban una sonrisa en la boca. Aún
recordaba tu expresión inocente. Y de nuevo la tristeza. Los malos
recuerdos. Los días enteros acostada en el mismo lugar. Recordándote
con anhelo.
Unas lágrimas recorren mis mejillas.
Caen lentamente hasta terminar en mi camiseta. Justo en el rostro de
Paul McCartney.
Como una estrella fugaz, aparecen de
improvisto en mi mente una de tus inocentes bromas. Sonrío
levemente. Pero casi al instante recuerdo el mes de febrero. Más
lágrimas. Abril. Una cascada de lágrimas interminables. Mayo. Tu
sonrisa. Una puñalada al corazón
¿Por qué no te podía apartar de mi
mente? Cada recuerdo. que llegaba a mi mente tan rápido como caía
una gota de lluvia. Era una puñalada directa al corazón.
Demasiados recuerdos. Demasiada
nostalgia. Demasiado dolor para este corazón.
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